Porque nos vemos y nunca nos “vimos” ( + algunos textos viejitos)




Porque nos vemos y nunca nos “vimos”

Y no es que no nos veamos, el problema es que nunca nos “vimos”.
Y no hay agonía en añorar lo que no fue, solo el sabor amargo del “¿por qué no pudo ser?”.
Ya no hay más excusas, ni verdades que revelar, solo estas palabras que se escurren entre mis dedos, palabras sin nombre, palabras que debo dejar ir.
La cuestión es que las cosas suceden cuando uno sucede, pero algunas veces por más Rey que se quiera ser a uno le toca jugar de peón y debe de hacer lo mejor que pueda.
Las palabras son esclavas del contexto y del sentido, y el desconocimiento hace que todo suene distinto, dar por sentada una realidad esconde una verdad que nunca debe de ser revelada para evitarle malos tragos a la homenajeada.
Y me veré obligado a convertir esta ilusión en poesía, hacer de tu recuerdo una melodía, y a esculpir una máscara que utilizare siempre que nos crucemos para que veas que me alegro de verte, y no que tu eres mi alegría.



Desencuentros

Desencuentro es cuando te busco y al darme vuelta, pases y nos crucemos sin vernos; desencuentro es cuando yendo en direcciones contrarias por veredas enfrentadas no nos veamos; es parar en una esquina a mirar la hora y en ese instante de distracción pasas delante de mí y nada.
Es sentarme en un parque a tu espera, pero solo pasan autos deportivos que suben mujeres cual acto cotidiano, mujeres conversando a una velocidad que sobrepasa lo humanamente creíble, niñas de no más de 7 años haciendo piruetas de circo chino, pero ni rastros de tu imagen.
Salgo a caminar hacia ningún lado consciente de lo inverosímil de tu encuentro, y noto que hay parejas por todos lados ¿será que el mundo ya está repartido en pares y quede de resto?
Pero de todas formas la esperanza no pierdo, y voy a seguir en tu búsqueda, procurando no perder detalle, para que si te sientes igual que yo, nuestro penar termine pronto.

Alma Gemela

Como todos los días él se levantaba con la esperanza de encontrar aquello que busca, aquello a lo que a diario le dibuja diálogos y pinta sonrisas, pero con los continuos réquiem que se suceden, esa esperanza se vuelve nostalgia, una nostalgia que lo acompaña noche a noche, junto con su música, su eterna compañera.
Una noche en particular, caminando acompañado de la nostalgia y la tristeza, subió mas el volumen de la música de los acostumbrado, dejándolo sordo al mundo.
En ese cruce maldito por elección, el no lo escucho, y el conductor no lo vio; y así de una melodía nostálgica se paso a un silencio abrupto.
En ese mismo instante, en algún lugar, una mujer a la que él no conocía, le comienzan a correr lagrimas por la mejilla y a doler el corazón de la manera en que duele solo cuando se pierde algo muy importante.

Y si…

 Y si la poesía fuese solo una excusa, una mísera excusa, para disfrazar de comparaciones rebuscadas un simple y mundano “te quiero”, que ni siquiera sé si te enteraras que es para ti; es algo que te diría si tuviese el valor, o no respetase ciertas instituciones.
Y si los días solo fuesen la excusa perfecta para quizás poder encontrarte; mas no sea por el saludo y las migajas de una conversación.
Y si mi mascara se triza cada vez que me miras, dejándome desarmado ante ti y tus maneras. Aun cuando mis trucos me sirvan para parecer indiferente a los sucesos, por dentro las posibilidades de lo absolutamente ilógico se propagan como bombas incendiarias sobre mis excusas.
Y si este universo, este mundo, o simplemente yo, fuese otro, es posible que no me encontrara escribiendo nada de esto, ni desgajando posibilidades, quizás, solo quizás, me encontraría a tu lado, diciéndote que te quiero.

De luces y rompecabezas

De lo que te quiero hablar, es de lo que le sucede a muchos, quizás sin saberlo, pero lo cierto es que todos, de alguna manera estamos dañados, en el "alma", en la esencia.
Algunos en la comprensión del mundo que los rodea, en la confianza, en el querer, en no poder estar solos, o en no poder estar acompañados, en el amor, en la familia, en el corazón.
Buscando solución a este penar están muchos, otros se resignan a su condición en los métodos que se saben, encontraras los que sueñan, los que se desviven en la prueba y el error, los que no se arriesgan para no sufrir, los que sufren por no saber arriesgarse, o por no tener el valor de hacerlo.
Caminamos entre sombras en la búsqueda de la luz, esa luz que se genera al chocar, sin querer tal vez, con otra persona, esa luz que nos permite divisar por el tiempo que dure, que el mundo embriaga con su colorido, es un infinito en el que se puede ver en los ojos de la otra persona una historia, la gratitud, la sorpresa, y nuestro reflejo, en el que se puede ver exactamente lo mismo, e inclusive, tal vez, mayor gratitud tras la desesperanza previa.
Están también los caminantes solitarios que de tanto caminar en sombras pueden divisar objetos, pero no ven los colores del mundo, saborean rumores de lo que dicen que puede llegar a ser, saben a dónde quieren llegar, más no saben cómo hacerlo, demasiado oscuro es el camino; pero siempre está la esperanza de que un choque inesperado, repentino, les permita ver la luz, quien sabe por cuánto tiempo, pero de seguro sería un recuerdo maravilloso.
Esa luz, esa luz quizás sea solo un sueño, un mito, un cuento de hadas, pero es todo lo que tenemos. Es la chispa que produce una sonrisa, el calor que genera una mirada sincera.
Todos dañados, caminando solos en silencio, en la oscuridad, soñando con encontrar, con crear esa luz. Nuestras partes dañadas, nos dan forma, nos esculpen como la pieza de un rompecabezas de 2 partes, estamos en la eterna búsqueda de la pieza que falta, esa persona que, quizás, encaje con uno para estar completos otra vez, o mejor dicho, estar completos al fin. A veces, como en todo rompecabezas, las piezas parecen encajar y así lo hacen durante un tiempo, hasta que se comienza a notar que no era la pieza que correspondía, que se acerca mucho a la correcta pero que, al fin y al cabo, no lo es.
La luz, también el encastre, todo eso y más, es el amor; una búsqueda que se da mediante la esperanza del "tal vez", un sueño para muchos, un milagro para otros, y un hecho para pocos; dichosos aquellos que lo viven, esperanza y los mejores deseos para aquellos que lo buscan, y un milagro para quienes se resignaron al olvido y a caminar en las sombras.

“No creo en el amor perfecto de los cuentos de hadas…pero me agrada la persona que cree en ello, y desearía que nunca dejen de creer en esa clase de amor, por más que el mundo les quiera implantar otra cosa. No sé si sea posible tal amor, pero si estoy convencido de que el amor, es algo que puede aprender y crecer; hasta ser similar o en apariencia superior al de los cuentos. Para comer quizás alguna perdiz.”

Comentarios

Anónimo dijo…
buenos su espacio online es muy bueno,es la tercera vez que vi tu pagina, buen espacio!
hasta

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