Una sonrisa y un recuerdo





Y ahi estaba, en el frente, desde mi lado del espejo solo se veian rostros vacios, no habia ojos, ni narices ni bocas, estaban vacios.

Todos haciendo como si pudiesen verme, se escuchaban vivas voces que me halagaban y aplaudian por hacer lo mismo que ellos habian hecho antes...
Halagos y aplausos, tambaleandose en la soga que separa lo real de lo ironico, pero entre todo ese absurdo y repugnante reconocimiento por algo sin importancia; fue ahi cuando voltíe y encontre un rostro que me era familiar, un rostro que poseia facciones, una sonrisa, nada de aplausos ni halagos, no son necesarios, solo era una sonrisa, un rostro familiar y querido, eso, eso si me hizo sentir feliz, orgulloso de lo que habia hecho.

La cuestión, el verdadero nucleo de lo que trato, de lo que intento decirte, es que ese reconocimiento es insignificante, al final de día, cuando ya no quedan ecos cuando se escucha, cuando se siente ese silencio en el pentagrama que nos anticipa que se acerca el final del día;
es en ese exacto momento en el cual todo se vuelve absurdo, nada importa, el conocimiento que uno tenga es inutil, si no hay con quien compartirlo, si no hay alguien con quien reir, con quien conversar; todo carece de sentido; es por eso que muchas vidas se atrincheran tras el tiempo y se hacen grandes compañeras del reloj y sus manecillas, exprimiendo hasta el ultimo segundo del día para no tener que recordar su soledad, para no tener que percatarse de ese silencio en el pentagrama.

Que simple resulta ser la solución, solo se necesita una verdadera sonrisa para inmortalizar un recuerdo, una sonrisa de alguien que sea importante para uno, eso es todo.

Un Saludo, hasta luego, hasta siempre.

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